Aunque el proceso de la mediación pueda resultar terapéutico, debido a la reducción del impacto del conflicto sobre la pareja y principalmente sobre los hijos/as, no es lo mismo que la terapia.
En terapia, el psicólogo o psicóloga evalúa, diagnostica y acompaña en el tratamiento de una problemática o sintomatología clínica, realizando una conexión con la historia y biografía de sus miembros. Es decir, se analiza el presente y el pasado, así como conflictos psicológicos o emocionales más profundos o subyacentes, que puedan estar relacionados con el distanciamiento emocional, dificultades sexuales, etc.
La mediación, por otro lado, se centra en la gestión y resolución de conflictos específicos: divorcio, guarda y custodia de los hijos, régimen de visitas, conflictos ligados al estilo educativo parental/marental, etc.